Hace algunas semanas se anunciaron los nominados de The Game Awards para Juego del Año. Por eso, en Gamers ESET decidimos repasar estos títulos, muchos de los cuales ya nombramos a mitad de año cuando comenzaban a sonar como grandes candidatos, y contarles qué fue los más y lo que menos nos gustó de cada uno. Para ello armaremos dos artículos, a continuación les dejamos la primera parte y la próxima semana publicaremos el volumen II.
Death Stranding
Por Santiago Achiary
Hace poco más de 20 días, se develó uno de los misterios más grandes de los últimos años (¿y quizás de la historia?) de los videojuegos. Finalmente, luego de años de teasers, rumores, fotografías y una infinidad de especulaciones, los usuarios de Playstation 4 pudieron jugar la más reciente creación de Hideo Kojima, padre de la saga Metal Gear. Y más allá de su fecha de lanzamiento y de las aguas divididas que generó (que ya atenderemos), tamaño videojuego no podía ser pasado por alto en los Game Awards y no había manera que no estuviera nominado.
Es realmente muy difícil decidirse por dónde comenzar a hablar sobre Death Stranding. Se me ocurren varios términos como “monumental”, “monstruoso”, “colosal” e “inabarcable”. Cualquiera sea el término que se elija para definirlo hay una certeza: nadie que lo juegue sentirá indiferencia frente a esta obra. ¿Por qué es esto? porque se trata de un videojuego que rompe bastante con las expectativas que había generado (“¡es un juego de un cartero!” braman sus detractores, minimizándolo), con una jugabilidad muy particular (hacer equilibrio para que no se nos caigan paquetes puede no ser lo que tenemos en mente a la hora de definir a un juego de “acción”), con un tratamiento profundo de temas esenciales para la humanidad (como la vida, la muerte, la sociedad, el progreso y mucho más) y con un nivel de detalle puesto en los escenarios que es apabullante y que explica su larga producción, posiblemente gran parte del encanto de Death Stranding consiste más en el camino que en el fin en sí mismo.
Death Stranding es un juego abrumador y eso no lo convierte en un juego para cualquiera. Hay quienes se han quejado de la “simpleza” en la mecánica de convertir al protagonista, Sam Porter Bridges, en un mero “delivery boy” en medio de un Estados Unidos arrasado y pos apocalíptico. Otros en cambio, ven en la simpleza de esa tarea de unir diferentes puntos del mapa, una tarea abrumadora y necesaria para la supervivencia de la humanidad. Es cierto que dentro de su campaña de más de 45 horas, pasaremos gran parte cargando objetos de un punto a otro dentro de un mundo abierto que crece a medida que avanzamos en la historia, pero este esfuerzo trae sus recompensas para quienes logran meterse en la historia.
¿Es Death Stranding el mejor juego del año? es una respuesta difícil de dar pero de algo estoy seguro: marca un hito en la historia de los videojuegos, no solo por la expectativa que había generado sino por lo rupturista de su planteo. Con este lanzamiento, Kojima ha roto los límites de los videojuegos, creando una obra de arte en el sentido del rupturismo y el desafío a las reglas de un campo determinado. Gracias a su profundidad y riesgo, el mundo de los videojuegos ya no puede ser referido como “jueguitos” y comienza a parecerse más al cine, con una firma de autor y una búsqueda mayor por la excelencia y el arte. Y eso no es para cualquiera.
Control
Por Sabrina Blaha
De la mano de Remedy Entertainment, después de Alan Wake y Quantum Break, llega Control (PC, PlayStation 4, Xbox One), con una propuesta en tonos sobrenaturales, que mezcla misterio, elementos de otros mundos, disparos y más.
¿De qué se trata Control? En esta historia, el gobierno (extrañamente 😛 ) está involucrado en actividades que podríamos considerar poco tradicionales… La entidad gubernamental en cuestión, llamada Federal Bureau of Control (FBC), en verdad no fue construida por nuestra sociedad. Este lugar es el hogar y centro de estudio de objetos (Objects of Power) que por algún motivo fueron poseídos o se han llenado con energía de otros mundos. Estos objetos tienen una conexión directa con alteraciones físicas en nuestro mundo, pero que responden a la energía de otros planetas.
Es así como Jesse Faden (o sea, nosotros) llega al FBC en búsqueda de su hermano Dylan, quien en el pasado encontró, junto con su hermana, un Object of Power y luego fue “invitado” en contra de su voluntad por el FBC para formar parte de la organización (si, bastante retorcido).
Deberemos ir atravesando esta aventura entre visiones de otros mundos, escenarios que albergan terror en su supuesta cotidianidad y cosas que parecen estar allí, pero en realidad no. El juego está ambientado dentro de un edificio en el que lucharemos contra seres humanos que en verdad no lo son (se encuentran también “poseídos”), mientras desarrollamos nuestras habilidades, entre passwords, sorpresas, tensión y misterio.
Control no es, definitivamente, un shooter común y corriente; su historia sabe mantenernos en vilo y tensionados, y sus gráficos logran mucho más que situarnos en la piel de Jesse.
Sekiro: Shadow Die Twice
Por Martín Vindel
Desde la salida del primer Dark Souls, hace ya más de 8 años, cada vez que Hidetaka Miyazaki está involucrado en la realización de algún juego, en la comunidad gamer se despierta una especie de emoción. Y es que sabemos que el director japonés no se guarda nada al momento de crear sus juegos y llevarlos a un nivel de excelencia muy por encima de la media. Sekiro: Shadow Die Twice siguió esta línea y hoy se posiciona como uno de los candidatos más fuertes para ganar el Juego del Año en los Game Awards 2019, veamos por qué.
Empecemos por el contexto, hablamos de un juego que se desarrolla en el Japón feudal, una época y cultura que genera un entusiasmo especial en la mayoría de los gamers, pero además atravesaremos esta época de la mano de una ambientación fenomenal. Cuando no estamos usando toda nuestra capacidad psicomotriz para no morir, realmente dan ganas de quedarse quieto y mirar el trabajo de diseño que ha desarrollado la gente de FromSoftware, pero la aventura nos invita a avanzar.
Por más que sean tremendamente difíciles, las peleas se vuelven una especie de adicción; la mecánica de parry y choque de espadas son una de las mejores que probé y le dan al juego un modo de combate renovado que, para los que venimos con vicios de la saga Dark Souls, se vuelve realmente difícil. Otro ingrediente fundamental de la jugabilidad es el brazo shinobi, una prótesis mecánica que remplaza una extremidad que nuestro protagonista perdió. Saber usar esta herramienta con extrema pericia es fundamental para poder avanzar en el juego.
Por otro lado, la historia en si es quizás el punto más débil de este juego. Sin llegar a ser criticable, cabe mencionar que se ajusta más a las estructuras tradicionales de relato y que por momentos le falta la solidez a la que nos tiene acostumbrados Miyasaki.
Sekiro nos ofrece aproximadamente unas 45 horas de juego de una dificultad y una calidad excepcional. Sin dudas es un título que merece el premio al juego del año, pero le toca competir con muchos pesos pesados.
Este año va a ser difícil definir al ganador ya que los 6 títulos ternados presentan propuestas geniales e innovadoras. Sin embargo, muchas veces encontramos juegos que nos fascinan y no llegan a estar nominados, por eso nos interesa conocer tu opinión sobre el tema. Déjanos un comentario y cuéntanos si estás de acuerdo con los títulos seleccionados, ¿crees que deberían haber incluido otro juego?
Imagen de Instacodez en Flickr