Hace algunas semanas en #GamersESET nos pusimos un poco melancólicos y recordamos la prehistoria de los videojuegos. En aquel post no pretendimos delimitar un periodo histórico basándonos en una cantidad de años, sino que hablamos de aquellos juegos que, por diversos motivos, fueron muy influyentes en los comienzos de la cultura gamer y, salvando las distancias, todavía sirven de inspiración para los títulos actuales. Esta semana también queremos hablar un poco de historia, pero sobre la de un juego en particular, The Legend of Zelda. Esta franquicia, con sus altibajos, ha sabido mantenerse en el mercado por mas de 30 años, ofreciéndonos mundos abiertos gigantescos e inaugurando un género que día a día se incorpora más en los videojuegos. Por eso hoy les presentamos los mejores juegos de Zelda de cada década.
The Legend of Zelda – 1986
Por Juan Martín Verrelli
Este post no existiría sin lo que fue uno de los hitos más grandes en la época de los 80’ en el mundo de los videojuegos. The Legend of Zelda fue lanzado el 21 de febrero de 1986 para Famicom y la clásica NES hace ya 34 años, y hasta el día de hoy el legado que dejó detrás es inmenso.
Cada aspecto del título repercutió en distintos ámbitos de la creatividad y los géneros artísticos, alcanzando influencias más allá del ámbito de dónde nació. Desde la música ingeniosamente creada con limitaciones algo brutales en consolas de 8 bits que al día de hoy se convirtieron en orquestas en vivo dedicadas a la música de este título, hasta herreros que forjaron la master sword para rendirle tributo a las enseñanzas de Hyrule. The Legend of Zelda fue un antes y un después en la fantasía electrónica.
Este hito histórico tomó forma no sólo porque The Legend of Zelda era algo nuevo y nunca visto para la época, sino porque se convirtió en el estándar dorado para lo que un mundo abierto podía y debía ser; el muy ambicioso y extenso mapa del mundo y la misión de explorarlo sin seguir lineamientos y caminos demarcados impulsó lo que hoy sería uno de los géneros más queridos de Sandbox. Además, el nivel de secretos y mecánicas escondidas por todos los recovecos del título empujaron a todos los demás videojuegos a generar sus propios caminos alternativos o metamorfosis secretas.
Si bien el juego cuenta con su gama de problemas ya sea por la ejecución de la programación en algunos casos o por la limitada tecnología de la época, el hecho de que hoy, 34 años más tarde recordemos las notas del tema original de 8 bits, dice lo suficiente como para enfatizar la importancia que tuvo este título en nuestras vidas.
Si bien hoy contamos con una cantidad abultada de títulos de la saga y una muy confusa línea temporal, la importancia de este juego no disminuye, y aún es jugado en sus consolas originales por aquellos perfeccionistas que buscan vencer a Ganon de la manera más rápida humanamente posible, los speedrunners.
Si no contaste nunca con la posibilidad de disfrutar de este título y ahora es muy tarde. Luego de 300 horas en Breath of The Wild, en esta era de la comunicación te recomiendo que le des un vistazo, para que veas por una ventana cómo comenzó todo en algún lugar de un reino perdido.
A Link to the Past – 1991
Por Martín Vindel
Los 90´ no tardaron mucho en darnos el mejor juego de Zelda de la década. A finales de 1991 en Japón y principios de 1992 en Norteamérica y Europa se lanzó The Legend of Zelda A Link to the Past, un título que pasaría a la historia y que se incluye, al día de hoy, en muchas listas de los mejores juegos de todos los tiempos, llegando inclusive a ocupar el primer puesto en varias selecciones.
Sí tenemos en cuenta que el proyecto del juego fue liderado por Shigeru Miyamoto, no es de extrañar el éxito que tuvo. Shigeru es conocido como el Walt Disney de los videojuegos, y tiene sentido si consideramos que fue el creador de títulos del calibre de Mario y Donkey Kong, entre otros.
A Link to the Past fue el tercer juego de la Leyenda de Zelda en orden de lanzamiento, pero el primero si tenemos en cuenta el orden cronológico de la historia, es decir que se trata de una precuela de los dos primeros juegos de Zelda. En un comienzo fue lanzado para la Super Nintendo (SNES) y casi 10 años más tarde llegó a Game Boy Advance.
Durante los 90 los videojuegos sufrieron un crecimiento exponencial, tanto en cuestiones técnicas cómo narrativas, entonces cabe preguntarse ¿cómo pudo un juego lanzado antes de estos avances ubicarse entre los mejores de la década? La respuesta es la misma que se repite a lo largo de la historia de los videojuegos, en este universo la innovación es la que marca la diferencia.
A Link to the Past introdujo muchos elementos que encantaron a los fanáticos y que siguen vigentes hoy en día en los últimos juegos de la franquicia: la Espada Maestra, las mazmorras multiniveles y la alternancia constante entre mundos, son algunos de ellos.
Si bien el objetivo final del juego -rescatar a la princesa Zelda- hoy no sería tan bien visto como argumento, la forma en que los sucesos se van entrelazando, el arco narrativo y la evolución de nuestro personaje generan una experiencia inmersiva única que puedes disfrutar sin sentir el paso del tiempo. Les aseguro que, si se disponen a jugarlo hoy en día, casi 30 años después, no los defraudará.
Teniendo en cuenta que todavía es un juego que vale la pena jugar, no quiero ahondar mucho en detalles sobre la historia en sí. Basta con que sepas que comenzarás una aventura épica en la que deberás restaurar el equilibrio de un mundo paralelo invadido por fuerzas oscuras, para que estas no destruyan tu realidad.
Por su capacidad para sentar las bases de toda la franquicia y por aprovechar al máximo los recursos técnicos disponibles para ofrecernos una aventura sorprendente, A link to the Past es, sin dudas, el mejor juego de Zelda de la década de los 90.
Spirit Tracks – 2009
Por Santiago Achiary
La primera década de los 2000 nos trajo varios títulos de Zelda aunque ninguno que haya estado a la altura de los grandes clásicos de la saga. Esto puede que tenga que ver con la imposibilidad de Nintendo de lograr imponer una consola tal como lo había hecho con la NES, la Super NES y la N64 (y Game Boy en su defecto) ante la aparición de nuevos players en el panorama del gaming como Sony y Microsoft con Playstation y Xbox respectivamente.
Pero esto no quita que hayan algunos buenos títulos de Zelda y en particular quiero destacar al juego que cerró la década: “The Legend of Zelda: Spirit Tracks” de 2009. Este juego fue lanzado para la consola portátil Nintendo DS, la cual contaba con dos pantallas (lo que remitía a algunos modelos de la antigua Game & Watch, tenía pantalla touch y además venía con un lápiz. Ya en 2007, Nintendo había publicado Phantom Hourglass para esta misma consola, haciendo que las acciones de Link se realizaran con el touch y no con los botones. Esta misma dinámica, sumada a los gráficos cel-shading que emulan a caricaturas, hizo que la primera impresión de Spirit Tracks fuera la de una mera continuación del título de 2007.
Pero la verdad es que Spirit Tracks tenía su propio peso específico en principio por lo bien que estaba pensado para aprovechar al máximo la consola de dos pantallas y la tecnología touch. Mientras que la pantalla principal nos muestra la acción, en la pantalla superior podemos ver el mapa del sector en donde nos encontramos y también podemos hacer anotaciones para solucionar los puzzles que se nos presentan (los cuales son muchos y muy interesantes). Además, en las batallas con los bosses (que por cierto son de las mejores de la saga) la pantalla de arriba servía para amplificar más el radio de la acción y mostrando la enormidad de estos jefes. Por último, y para graficar lo bien que estaba pensado, creo que un detalle que es genial es el hecho de que el juego aprovechara el micrófono de la consola para que podamos soplar y hacer sonar la flauta de pan de Link, y así obtener poderes.
Otro de los atractivos del juego era la posibilidad no solo de controlar a Link sino también al espíritu de Zelda, que podía tomar cuerpos y así poder ayudar a resolver los puzzles que se presentan en las 6 regiones del juego, más allá de las misiones de la Torre de las Almas. A esto se le sumaba el uso de la locomotora y su cañón para dirigirnos de un lado a otro pero que no era un mero viaje, sino que era parte de la acción que nos proponía el juego.
En resumen, tal como dije al comienzo, quizás los 2000 no nos hayan dejado obras maestras como las que mencionamos en el resto del post, pero Spirit Tracks definitivamente fue un juego divertido y que estuvo a la altura de la leyenda.
Breath of the Wild – 2017
Por Sabrina Blaha
Para ser sincera, nunca fui una gran fanática de la franquicia Zelda, no porque no me gustara el género, sino porque sus juegos no me transmitían (a mi) demasiado.
Pero mi opinión tuvo un gran vuelco cuando conocí Breath of The Wild. Habiéndose estrenado hace ya 3 años, y disponible para Wii U y Nintendo Switch, este título hace una fiel representación de su nombre, trayendo nuevos aires en la forma de jugar.
La historia sigue el lineamiento de los clásicos de la saga, en donde Link despierta luego de 100 años de estar dormido (habiendo sido derrotado 100 años antes por el ser maligno que acecha la región de Hyrule esta vez), para acudir al rescate de este mundo, y de la princesa; que cien años después sigue en el castillo de Hyrule conteniendo el poder maligno de “Ganon el Cataclismo”.
Sin embargo, aquí iremos descubriendo una (e incluso a mí me sorprendió, y mucho – a pesar de ser una exploradora innata en cada juego sobre el que poso mis manos) enorme cantidad de templos, muchos de ellos a la vista, pero muchos otros escondidos; algunos de ellos con mecanismos secretos o quests especiales que deberemos cumplir para poder hacerlos visibles.
Lo divertido de esto, es que la historia no necesariamente es lineal, PERO, ¿por qué digo esto? Porque no será necesario que descubramos todos estos secretos o templos o hagamos una determinada cantidad de quests para poder llegar a Ganon… aunque, de no hacer al menos algunas, es posible que salvar al mundo de este mal sea una verdadera odisea.
Así nos iremos cruzando con una incontable cantidad de historias y personajes, muchos de ellos divertidos, y muchos otros enigmáticos, que aportarán en diferentes medidas mayor conocimiento sobre la historia de este interesante mundo que debemos salvar, sobre nuestro protagonista y sobre su relación con otra tanta cantidad de personajes secundarios (o no tantos).
Para quien no haya utilizado una consola Nintendo Switch anteriormente, probablemente los controles resulten un poco incómodos o poco prácticos, pero es tan solo cuestión de tiempo para acomodarse a cómo los controles aportan a la experiencia en el juego.
Por otro lado, no puedo dejar de notar que muchas de las misiones (opcionales o no) y templos son un acertijo en sí mismas, desafiándonos a usar nuestra inteligencia y creatividad para poder solucionarlas y adquirir cada vez más habilidades o avanzar con la historia.
Zelda: Breath of The Wild es un juego que invita a explorar incansablemente, renovando en cada misión nuestra curiosidad de saber más y de conocer más en profundidad cada recoveco inexplorado del mapa, logrando cautivarnos y sumergirnos en la historia como pocos otros juegos pueden.
Ahora nos gustaría conocer tu opinión, ¿jugaste a los juegos de Zelda? ¿cuál fue tu favorito? Déjanos un comentario más abajo.