Hace más de 30 años, sí 30 años, que se lanzó en Japón el primer Game Boy, una consola que sentó un precedente en lo que respecta a dispositivos portátiles. Si bien por esos años la posibilidad de jugar “desenchufados” no era una novedad, este dispositivo fue el primero en adaptar juegos más complejos y extensos al tamaño de bolsillo. Justamente fue su amplio catálogo de títulos lo que le dio tanta popularidad y llevó a Nintendo a ser, al día de hoy, el mayor referente en consolas portátiles. Por eso en #GamersESET abrimos el cajón de los recuerdos y elegimos los mejores juegos de Game Boy.
Kirby’s Dream Land – 1992
Por Sabrina Blaha
Allá por 1992, nacía el hoy famoso Kirby con el título Kirby’s Dream Land. Desarrollado por HAL Laboratory y distribuido por Nintendo para la consola Game Boy, Kirby’s Dreamland es un plataformero clásico en blanco y negro que fue en verdad pensado como un juego corto para que todos sus jugadores puedan llegar al final. Pero ¿qué tan corto?… diría que con unos 15 o 20 minutos de juego podríamos completar la historia principal.
Al igual que como vimos en los títulos posteriores, Kirby es un residente de Dreamland, que vuela y puede “absorber” a sus enemigos. Sin embargo, al ser esta la primera versión, hay muchas cosas que aún no se encuentran presentes, como los poderes especiales o correr.
La historia cuenta que el Rey Dedede y sus súbditos robaron toda la comida y estrellas de Dream Land, y Kirby, un residente común y corriente, se ofrece para recuperar lo robado y derrotar al Rey. Para ello deberemos superar 4 niveles, cada uno con sus particularidades (que le dan ese toque muy “Kirbymágico” de la saga): un campo, un castillo, un cielo y una isla; luego de los cuales llegaremos hasta el Rey para luchar contra él.
La jugabilidad es extremadamente simple y debido al poco tiempo que se requiere para pasarlo, no tiene la función de grabar partida.
Sin embargo, para todos aquellos jugadores que se queden con “ganas de más”, el juego nos brinda un extra una vez que lo finalizamos. Este extra nos permite acceder a una versión más difícil del juego, con más enemigos más rápidos y fuertes (esta vez no será TAN sencillo pasarlo). Podremos también ingresar a un menú que nos permite regular la dificultad reduciéndole los puntos de vida a Kirby.
Si bien este juego rebosa sencillez, sabe mostrarnos los primeros pasos de Kirby mucho antes de sus secuelas, poseyendo ese espíritu mágico y “aniñado” que a tantos jugadores ha sabido encantar.
Super Mario Land 3: Wario Land – 1994
Por Santiago Achiary
En el pasado ya me ha tocado hablarles de Game & Watch por lo que se podrán imaginar que cuando se lanzó el Game Boy en mi infancia, la revolución fue total. Nuestra reflexión era: “¿¡¿En serio puedo jugar Mario mientras voy caminando o en cualquier otro lugar que no fuera el televisor de mi casa?!?” como quien ahora piensa “¡¿En serio puedo hacer streaming de mis videojuegos favoritos?!“. Y dentro de todos esos memorables momentos que nos dio esta honorable consola, quería rescatar a “Super Mario Land 3: Wario Land”, el primer spinoff que nos dio la serie Mario Bros.
De por sí, la consigna era complicada: ¿ponernos a controlar al villano de la última entrega de Mario? La respuesta era sí, y lo más interesante es que nos ponía en los zapatos de Wario, el antagonista perfecto de Mario, su real antítesis y el villano que debería haber existido desde el comienzo (sin desmerecer a Donkey Kong y a Bowser/Koopa). Es tal el contraste de Wario con Mario que era imposible no sentir cariño por el personaje y la intriga de poder manejarlo era demasiado grande como para no sucumbir a los encantos de Wario Land.
Aquí el personaje principal podía empujar a los enemigos, así como también caer desde el cielo haciendo temblar todo el escenario. Definitivamente se sentía más poderoso que nuestro querido Mario y quizás por eso se introdujo un cambio en la lógica del juego: aquí las monedas que se recolectan a lo largo de los 37 niveles no sirven para ganar más vidas sino para poder comprar diferentes cosas: checkpoints, nuevos niveles, apostarlas para ganar más monedas e inclusive para lanzárselas a los enemigos. ¿Pero cuál era el sentido de todo esto? Vamos a revisar la historia del juego y lo comprenderán.
La historia era bastante simple: al ser derrotado al final de Super Mario Land 2, Wario decide conseguirse su propio castillo y viaja a Kitchen Island, hogar de la Capitana Sirope y sus piratas, en donde se esconden varios tesoros. Allí se encuentra una estatua de oro de la Princesa Peach, que Wario se propone recuperar para vendérsela a Mario a cambio de un castillo. Lo interesante de este juego es que rompe un poco con la tradición de manejar a un héroe cuyo fin sea el de salvar al prójimo y nos pone en el rol de un antihéroe con propósitos totalmente egoístas.
¿Entonces para qué servían las monedas? Al final del juego, Mario aparece en un helicóptero y se lleva la estatua pero Wario se queda con una lámpara mágica que contiene a un genio. De acuerdo a la cantidad de monedas que hayamos recolectado a lo largo del juego, mayor será la recompensa que el genio nos dará: desde una casa para pájaros, pasando por una cabaña hasta terminar en el castillo deseado. Inclusive, si el jugador rompe la barrera de las 99.999 monedas, el genio le concederá un planeta entero con su cara.
No quiero cerrar este comentario sin dejar de mencionar la belleza que solían tener las portadas de los juegos de Game Boy, y a pesar de que en ocasiones los colores e ilustraciones contrastaban un poco con las posibilidades gráficas que ofrecía la consola, siempre llevaremos esos juegos en nuestra memoria.
Donkey Kong Land 2 – 1996
Por Martín Vindel
En la actualidad para catalogar a un juego como “bueno” hay muchísimas variables que debemos tener en cuenta: jugabilidad, gráficos, música, historia, re-jugabilidad, etc. Pero hace unos años, más precisamente en las épocas del Game Boy, la mayoría de los gamers no éramos tan exigentes a la hora de elegir si un juego nos gustaba o no. Quizás porque no había tantas opciones como ahora, o porque teníamos gustos más simples; no lo sé ni pretendo hacer un análisis sobre ello. Lo que quiero decir es que un juego como el Donkey Kong Land 2 podía fácilmente ser nuestro juego favorito, en mi caso así lo fue y por eso llegó a este ranking.
Los que no conocen el título seguramente se preguntarán por qué hice esta aclaración. La respuesta es que el DKL2 es, ni más ni menos, que un port del Donkey Kong Country 2: Diddy’s Kong Quest de SNES. La historia del juego es muy similar, deberemos utilizar a Diddy y Dixie Kong para rescatar a Donkey del Kaptain K. Rool y de la Kremling Krew. Para ello atravesaremos varios niveles que, en su mayoría, tienen los mismos nombres que en Country 2, pero están rediseñados.
En este contexto, es válido preguntarse por qué un port es para mí uno de los mejores juegos de Game Boy. El DKL2 es un plataformero excelente con niveles desafiantes, mecánicas sorprendentes, muy adictivo y lo mejor de todo es que entraba en tu bolsillo y podías llevarlo a todos lados. Como dije al principio, los criterios en ese entonces eran otros y el hecho de poder tener a mano uno de tus títulos favoritos y jugarlo sin parar era algo sorprendente.
Este juego me introdujo al concepto de speedrun, generando desafíos internos para superar cada nivel con la mayor velocidad posible. Es cierto que el juego no ha envejecido de la mejor manera y probablemente resulte aburrido, pero les aseguro que, si tuvieron el placer de jugarlo y todavía tienen el cartucho y el Game Boy en algún cajón olvidado, a más de uno le van a dar ganas de volver a probar sus habilidades y ver si siguen intactas.
Pokémon Rojo y Azul – 1998
Por Martín Vindel
Cómo no incluir en esta selección al juego (o mejor dicho los juegos) que dieron pie a un fenómeno cultural que se expandió por distintos formatos y copó la imaginación de niños, jóvenes y adultos alrededor de todo el mundo. Esta primera generación de juegos de Pokémon, que vio la luz en Japón en 1996 con sus ediciones Red y Green, llegó al resto del mundo entre 1998 y 1999 con algunas actualizaciones y con el nombre Rojo y Azul (en los países de habla hispana).
Según el creador de Pokémon, Satoshi Tajiri, la idea de desarrollar este juego había dado vueltas en su mente durante mucho tiempo, hasta que conoció la consola Game Boy y le pareció ideal para permitir la colección y el intercambio de los Pokémon.
Los títulos incluían a los 151 pokémon originales, e inauguraron la mayoría de las mecánicas que perduran hasta los juegos actuales. Desde su lanzamiento no tardó mucho en convertirse en un fenómeno mundial, tanto por sus ventas como por sus críticas. Entre Japón y Estados Unidos se estima que se vendieron casi 19 millones de cartuchos y la puntuación de los juegos, en los portales con críticos más exigentes, no baja de 8,5.
Sin dudas que para la época los gráficos en blanco y negro y el sonido no eran algo innovador, pero los modos multijugador y la posibilidad de seguir jugando largas horas para capturar a todos los pokémon desarrollándolos con excelentes dinámicas RPG, hicieron de este juego un título fundamental para cualquiera que tuviera un Game Boy. Esta relación se perpetuó hasta la actualidad con todas las consolas de Nintendo y los juegos de Pokémon siguientes.
En 2004, Game Freak tomó la acertadísima decisión de lanzar, para la consola Game Boy Advance, un remake de estos títulos, la versión Verde Hoja y Rojo Fuego, mejorando los gráficos y alargando la historia original con toda una nueva región para recorrer con nuestros pokémon. Así que si nunca jugaron los títulos originales les recomendamos que vayan por esas versiones que son más amigables.
Por haber fundado una franquicia que tuvo éxito en todos los formatos que exploró (series, juegos, juguetes, etc.) y por mantenerse hoy en día como uno de los títulos imprescindibles para todos los usuarios de Nintendo, sin dudas los Pokémon Rojo y Azul están entre los mejores juegos disponibles para el primer Game Boy.
Como dijimos al comienzo, una de las mayores virtudes del Game Boy fue su amplio catálogo de títulos, elegir solo 4 de ese montón no es tarea fácil. Por eso si dejamos tu título favorito a fuera de nuestra selección te pedimos que nos dejes un comentario contándonos cuál es y por qué lo elegiste.
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