Antes de que comiences a leer este artículo, quiero hacerte una aclaración muy importante: me va a costar mucho mantener mi objetividad. Cuando se habla de gatos 😻, me es difícil no ser exagerado en elogios. Al convivir con una gata que sale en cámara durante algunas reuniones cuando hago home-office, se sienta al lado mientras veo algún partido de NBA por la televisión o se acurruca en la cama cuando comienza el invierno, me cuesta no destacar sus virtudes de sobremanera y no referirme a ellos como seres superiores y sabios.
Algo muy parecido a lo que sucedía en el Antiguo Egipto, donde los gatos eran venerados ya que cumplían un rol esencial en la sociedad, brindando protección a los hogares y graneros, ante las posibles plagas. De hecho, los felinos más grandes como el león o el leopardo eran utilizados como símbolos de la realeza.
Lo cierto es que los gatos aún mantienen su lugar sagrado en el altar de varias personas (entre las cuáles me incluyo). Es por eso que constantemente estoy atento a su comportamiento y actitudes: qué hace, hacia dónde va, en qué lugar se escondió esta vez… Al convivir 24 horas con un felino, terminé aprendiendo mucho de ellos, y hasta se me hizo inevitable comparar muchos de sus hábitos con algunos que muy importantes referidos a la ciberseguridad.
Aprovechando que cada 20 de febrero se celebra el Día Internacional del Gato, voy a repasar las valiosas lecciones de ciberseguridad que mi gata Olivia me enseña día a día, entre sus maullidos y ronroneos.

La importancia de la limpieza
Uno de los rasgos más característicos del gato es su limpieza: a diario, pasan horas y horas lamiéndose el pelaje hasta dejarlo brilloso y sin rastros de polvo.
De la misma manera, debemos mantener limpios los sistemas de nuestros dispositivos mediante las actualizaciones y parches de seguridad. Las vulnerabilidades en los sistemas operativos, navegadores y otros software en tu PC y dispositivos son una de las principales formas que les permiten atacar a los ciberdelincuentes. Es por ello que actualizar el sistema operativo y/o aplicaciones tan pronto como estén disponibles las últimas versiones es prioritario y muy higiénico para nuestra vida digital.
La desconfianza no siempre es mala
Los gatos, literalmente, son desconfiados por naturaleza: es su instinto de autopreservación el que los hace mirar de reojo a extraños… y no tan extraños también.
Con esa misma desconfianza debemos manejarnos antes de ejecutar un archivo o abrir un enlace recibido de un remitente desconocido. De hecho, es necesario también estar alertas en caso de que el remitente sea o parezca conocido. Vale recordar que los actores maliciosos se aprovechan de la credibilidad e intentan forzar una rápida toma de decisiones, dando al mensaje un sentido de urgencia. Por ello, es necesario desconfiar primero para no convertirnos en presa fácil de los ciberatacantes.
Los beneficios del descanso
No debe sorprender la cantidad de horas que duermen los gatos (ni los recónditos sitios dónde lo hacen, jeje). La mayoría suele reposar por más de 12 horas al día 😴, y el motivo se encuentra en sus genes: dado que por su fisiología están diseñados para cazar su propio alimento (más allá de que lo necesiten o no), deben descansar para reponer fuerzas y estar con las energía recargadas para buscar su presa.
De la misma manera, cuando nos introducimos en el “salvaje” mundo digital, es necesario contar con una solución antivirus que nos permita descansar con la tranquilidad de sabernos protegidos. Esto es vital para, por ejemplo, detectar y eliminar las diversas amenazas a las que podemos estar expuestos.
Prestar atención a los maullidos
Por decirlo de una manera sencilla, el maullido es la manera que tienen los gatos para expresarse y comunicarse. Diversos estudios afirman que existen más de 60 tipos de maullidos, cada uno con un significado diferente. Pero habitualmente, los emplean para expresar enojo, descontento o pedir ayuda. En otras palabras: para ponernos en alerta porque algo no anda bien.
De la misma manera, es necesario prestar atención a aquellas señales que pueden indicar que alguno de nuestros dispositivos fue comprometido. Hablamos de que la batería se agota mucho más rápido que lo normal, del comportamiento extraño de algunas aplicaciones y hasta de recibir mensajes o llamadas de números extraños.
Las uñas siempre afiladas
Es común que un gato se sienta vulnerable (recordemos que además de ser cazador, también es presa). Es por ello para sentirse más seguros intenten frotarse por diversos lugares para dejar impregnado su olor. Y también, que arañen superficies en lugares estratégicos de su hábitat: ello aumenta su sensación de seguridad.
Así de afiladas debemos tener nuestras contraseñas, ya que son las que nos brindan el acceso a sitios muy importantes. Por eso resulta muy importante evitar rotundamente el uso de una misma contraseña para diversas cuentas así como credenciales que sean muy fáciles de adivinar. Un administrador de claves para recordarlas o la utilización de frases únicas con caracteres especiales como contraseña es una muy buena manera de contribuir a que estén bien afiladas y robustas.
No todo lo que brilla es oro
Uno de los juegos que se le suelen proponer al gato es que intente cazar la luz incandescente y brillante de un puntero láser. Pero esto en realidad, ¿es algo bueno para ellos? ❌ La respuesta es no: si bien los tipos de juegos vinculados a la caza son muy recomendables, el uso de punteros láser no. ¿El motivo? Que nunca van a poder obtener su presa, lo cual les puede producir frustración y en algunos casos más graves, ansiedad crónica.
El mismo cuidado hay tener con aquellas propuestas laborales u ofertas de productos que son demasiado perfectas para ser verdad. No debemos dejarnos obnubilar por lo increíble de estas proposiciones, ya que no suelen ser reales, sino un intento de obtener nuestra información o algún rédito económico por parte de los ciberatacantes.
Rutina, la base de una buena vida
La rutina de los gatos es casi más importante que la nuestra (quienes convivan con felinos, me sabrán entender). Deben tener la comida disponible siempre al mismo horario, nos esperan maullando en la puerta si nos retrasamos en el trabajo, o aguardan religiosamente el momento del día en el que tenemos que jugar con ellos…
La rutina para los gatos significa previsibilidad y los mantiene alejados del estrés y el peligro. Y vaya si esta no es la mejor lección de ciberseguridad: mantener los buenos hábitos de seguridad es fundamental para no correr riesgos en línea y evitar ser víctima de los cibercriminales. Y así, no necesitar las siete vidas con las que cuentan nuestros amigos felinos…